viernes, 12 de diciembre de 2008

CINEFORUM


CINEFORUM CON EL DOCUMENTAL:

“TO DIE IN JERUSALEM”

JUEVES 18 DE DICIEMBRE A PARTIR DE LAS 16:00

EN EL AULARIO 1, AULA A1-42S.


Sinopsis:

Una chica israelí de 17 años fue asesinada en Jerusalén por una chica palestina, también de 17 años que se hizo explotar en un concurrido supermercado.
Sus madres se enfrentan la una a la otra revelando las claves internas del conflicto entre Palestina e Israel y la dificultad de la reconciliación.
A través de estas dos familias y el contraste de sus vidas el documental ofrece una perspectiva humana y personal que se encuentra eclipsada por los asuntos políticos.



Está dirigida y producida por Hila Medalia. Es una norteamericana que se encontró la noticia del ataque suicida en la televisión y los periódicos y comenzó a sentirse interesada por la historia hasta el punto de buscar a las madres de las chicas y proponerles realizar este documental.

Con él pretendía sensibilizar y difundir el conflicto desde un punto diferente al de la política. Aunque es necesario verlo y debatirlo para conocer los intereses de ambos lados.

martes, 9 de diciembre de 2008

Conferencia sobre Palestina

Hola a todos, de nuevo la PUCG os invita a asistir a un acto sobre la situación actual en Palestina.

PONENTE: Agustín Velloso (Profesor de la UNED)

LUGAR: Aula 1-31 M (Aulario I)

FECHA Y HORA: Día 17 de diciembre a las 12.00 h

Allí os esperamos!
Un saludo, PUCG.

martes, 2 de diciembre de 2008

DECIMOS NO A UN NUEVO PLAN DE ACCIONES EU_ISRAEL

El 4 de diciembre de 2008, el Parlamento Europeo votará sobre el Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel

Decimos NO a un nuevo plan de acción UE-Israel

El Parlamento Europeo (PE) ha anunciado recientemente una votación sorpresa que se celebrará el 4 de diciembre y que determinaría la entrada en vigor de un nuevo Acuerdo de Asociación UE-Israel, que dará una posición privilegiada a Israel ante la UE y permitirá una mayor participación este país en los programas de la Comunidad Europea. En un principio fuentes oficiales de la UE declararon que la votación de estos Acuerdos de Asociación no tendría lugar hasta entrado el 2009, pero en un evidente intento de reducir al mínimo la voz de la sociedad civil internacional esta decisión se ha adelantado por sorpresa al 4 de diciembre. La propuesta negociada de Acuerdo de Asociación ofrece a Israel pleno acceso a los programas científicos, académicos, de investigación y técnicos de la UE, así como establece las bases para profundizar de manera significativa en la cooperación y la integración UE-Israel en muchos de los sectores clave para Israel. Se ignora el hecho de que este tipo de acuerdos de cooperación que asientan y formalizan las relaciones de Israel con la comunidad internacional son un importante argumento de Israel para legitimar la actual ocupación de los territorios palestinos así como los desplazamientos forzados y la discriminación racial sistemática contra el pueblo palestino. Al participar en este acuerdo y estrechar significativamente sus relaciones políticas y comerciales con Israel, la UE envía el mensaje de que efectivamente consiente el régimen de apartheid de Israel, y que no está dispuesta a posicionarse firmemente ante Israel en sus violaciones masivas de los derechos de los palestinos. Unos acuerdos que no representan los valores de la ciudadanía europea y que ponen de manifiesto la falta de coherencia entre el discurso y las prácticas de las instituciones de la UE.

Dirigir cartas/correos electrónicos a:
ines.ayalasender@europarl.europa.eu <ines.ayalasender@europarl.europa.eu>; pilar.ayuso@europarl.europa.eu <pilar.ayuso@europarl.europa.eu>; maria.badiaicutchet@europarl.europa.eu <maria.badiaicutchet@europarl.europa.eu>; pilar.delcastillo@europarl.europa.eu <pilar.delcastillo@europarl.europa.eu>; barbara.duhrkop@europarl.europa.eu <barbara.duhrkop@europarl.europa.eu>; carmen.fragaestevez@europarl.europa.eu <carmen.fragamailto:carmen.fragaestevez@europarl.europa.eu>; cristina.gutierrez-cortines@europarl.europa.eu <cristina.gutierrez-cortines@europarl.europa.eu>; esther.herranzgarcia@europarl.europa.eu <esther.herranzgarcia@europarl.europa.eu>; rosa.miguelezramos@europarl.europa.eu <rosa.miguelezramos@europarl.europa.eu>; francisca.pleguezuelosaguilar@europarl.europa.eu <francisca.pleguezuelosaguilar@europarl.europa.eu>; teresa.rieramadurell@europarl.europa.eu <teresa.rieramadurell@europarl.europa.eu>; maria.sornosamartinez@europarl.europa.eu <maria.sornosamartinez@europarl.europa.eu>; enrique.baroncrespo@europarl.europa.eu <enrique.baroncrespo@europarl.europa.eu>; josep.borrellfontelles@europarl.europa.eu <josep.borrellfontelles@europarl.europa.eu>; carlos.carnerogonzalez@europarl.europa.eu <carlos.carnerogonzalez@europarl.europa.eu>; alejandro.cercas@europarl.europa.eu <alejandro.cercas@europarl.europa.eu>; fernando.fernandezmartin@europarl.europa.eu <fernando.fernandezmartin@europarl.europa.eu>; juan.frailecanton@europarl.europa.eu <juan.frailecanton@europarl.europa.eu>; gerardo.galeote@europarl.europa.eu <gerardo.galeote@europarl.europa.eu>; vicentemiguel.garcesramon@europarl.europa.eu <vicentemiguel.garcesramon@europarl.europa.eu>; salvador.garrigamailto:salvador.garrigapolledo@europarl.europa.eu <salvador.garrigapolledo@europarl.europa.eu>; luis.degrandespascual@europarl.europa.eu <luis.degrandespascual@europarl.europa.eu>; marti.grauisegu@europarl.europa.eu <marti.grauisegu@europarl.europa.eu>; ignasi.guardans@europarl.europa.eu <ignasi.guardans@europarl.europa.eu>; david.hammersteinmintz@europarl.europa.eu <david.hammersteinmintz@europarl.europa.eu>; mikel.irujoamezaga@europarl.europa.eu <mikel.irujoamezaga@europarl.europa.eu>; carlos.iturgaizangulo@europarl.europa.eu <carlos.iturgaizangulo@europarl.europa.eu>; antonio.lopezisturiz@europarl.europa.eu <antonio.lopezisturiz@europarl.europa.eu>; florencio.luqueaguilar@europarl.europa.eu <florencio.luqueaguilar@europarl.europa.eu>; miguelangel.martinez@europarl.europa.eu <miguelangel.martinez@europarl.europa.eu>; antonio.masiphidalgo@europarl.europa.eu <antonio.masiphidalgo@europarl.europa.eu>; jaime.mayororeja@europarl.europa.eu <jaime.mayororeja@europarl.europa.eu>; manuel.medinaortega@europarl.europa.eu <manuel.medinmailto:manuel.medinaortega@europarl.europa.eu>; inigo.mendezdevigo@europarl.europa.eu <inigo.mendezdevigo@europarl.europa.eu>; willy.meyerpleite@europarl.europa.eu <willy.meyerpleite@europarl.europa.eu>; javier.morenosanchez@europarl.europa.eu <javier.morenosanchez@europarl.europa.eu>; juanandres.naranjoescobar@europarl.europa.eu <juanandres.naranjoescobar@europarl.europa.eu>; robiols@psc.es <robiols@psc.es>; josu.ortuondolarrea@europarl.europa.eu <josu.ortuondolarrea@europarl.europa.eu>; raul.romeva@europarl.europa.eu <raul.romeva@europarl.europa.eu>; joseignacio.salafranca@europarl.europa.eu <joseignacio.salafranca@europarl.europa.eu>; antolin.sanchezpresedo@europarl.europa.eu <antolin.sanchezpresedo@europarl.europa.eu>; daniel.varelasuanzes-carpegna@europarl.europa.eu <daniel.varelasuanzes-carpegna@europarl.europa.eu>; alejo.vidal-quadras@europarl.europa.eu <alejo.vidal-quadras@europarl.europa.eu>; luis.yanez-barnuevogarcia@europarl.europa.eu <luis.yanez-barnuevogarcia@europarl.europa.eu>

Estimado/a Miembro del Parlamento Europeo,
Como ciudadanos y ciudadanas de la UE y del mundo, le instamos a que el próximo 4 de Diciembre vote en contra de la Acuerdo de Asociación UE-Israel. Este acuerdo implica el fortalecimiento de las relaciones y los vínculos con Israel -incluidos los económicos, comerciales, académicos, de seguridad y de relaciones diplomáticas- e implícitamente significa un apoyo y reconocimiento a Israel en un momento en que la Unión Europea debería de presionar a Israel y posicionarse firmemente antes sus persistentes violaciones de los derechos humanos y sus continuas violaciones de las leyes y tratados internacionales. La Unión Europea es totalmente consciente de que Israel mantiene una ocupación ilegal de Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Este, y de la masiva colonización de amplios territorios pertenecientes al pueblo Palestino, después de todo, la UE y los Estados miembros han votado a favor de las resoluciones de la ONU que condenan las acciones israelíes de violaciones de los derechos humanos, castigos colectivos e indiscriminados y la construcción de nuevos asentamientos y el muro del Apartheid. Además, en 2002, el Parlamento Europeo votó a favor de la suspensión del Acuerdo de Asociación UE-Israel argumentando los motivos ya conocidos de persistentes violaciones de los DDHH y tratados internacionales por parte del gobierno israelí. Dado que estas violaciones sistemáticas nos sólo no han cesado sino que han incrementado en los últimos años, no hay pues ninguna razón para que la UE cambie su decisión de suspender dicho acuerdo. De hecho, Israel todavía mantiene su criminal castigo de un “año de largo asedio sobre Gaza” - descrito por el actual Relator Especial de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Profesor Richard Falk como un "preludio al genocidio" - que ya ha costado la vida a cientos de pacientes, principalmente niños y ancianos, a los que se les negó la libertad de circulación para acceder a tratamiento fuera de Gaza. El asedio de Israel ha intencional y sistemáticamente empobrecido a cientos de miles de civiles en Gaza de forma sistemática e intencionada, más del 50% hasta la fecha, cerrando la mayoría de las industrias del sector y arruinando la agricultura. La mayor parte de la infraestructura de subsistencia ha sido destruida y la economía se ha derrumbado por completo; la malnutrición entre los niños ha aumentado considerablemente, como se señala en diversos informes de Naciones Unidas. Además, Israel ha ignorado los derechos humanos fundamentales con el confinamiento y el desplazamiento forzado de la totalidad de las comunidades palestinas detrás del muro ilegal, ha procedido al encarcelamiento de miles de palestinos sin someterlos a juicio, y ha continuado su política de ejecuciones extrajudiciales. Israel también se ha negado repetidamente, durante más de 60 años y, a pesar de las obligaciones que le incumben en virtud del derecho internacional, a reconocer y aplicar el derecho de millones de refugiados palestinos a regresar a sus hogares, tal como se estipula en la resolución 194 de la Asamblea General de NU. Por último, pero no menos importante, durante 60 años, Israel ha promulgado un sistema de estado que aplica una discriminación racial contra los palestinos con ciudadanía israelí en ámbitos primordiales, incluida la propiedad de la tierra y el empleo, sencillamente por ser ciudadanos "no-Judíos." Por todo ello nos horroriza que la UE se niegue a adoptar medidas concretas para condenar a Israel en cualquiera de las posiciones y acciones mencionadas. Y en su lugar, proponga pasar por alto sus sistemáticas violaciones de los DDHH y que la UE esté planteándose profundizar sus relaciones con la potencia ocupante. Este tipo de acuerdos de cooperación que asientan y formalizan las relaciones de Israel con la comunidad internacional son el argumento de Israel para legitimar la actual ocupación de los territorios Palestinos así como los desplazamientos forzados y la discriminación racial sistemática contra el pueblo palestino. Al participar en este acuerdo, la UE pone de manifiesto la falta de coherencia entre su discurso y las prácticas de las instituciones de la UE enviando el mensaje de que efectivamente consiente el actual régimen del apartheid impuesto por Israel, y que la UE no está dispuesta a posicionarse firmemente ante Israel en sus violaciones masivas de los derechos de los palestinos.Por consiguiente, le instamos a usted, como representante de la Unión Europea y como un ciudadano global responsable, a votar en contra del Acuerdo de Asociación UE-Israel. Al hacerlo, estaría apoyando la petición del Comité Nacional Palestino para el Boicot, Desinversión y Sanciones (BNC), que representa a todo el espectro de la sociedad civil Palestina, y que ha sido respaldada por más de 100 organizaciones internacionales, para ejercer presión sobre Israel y aislarla internacionalmente, en lugar de fortalecer vínculos con ella (http://bdsmovement.net/?q=node/179). Esta convocatoria fue considerada por el Padre Miguel D'Escoto Brockmann, Presidente de la Asamblea General de la ONU, quien instó a las Naciones Unidas a examinar su adhesión a esta iniciativa de la sociedad civil que está llamando para una campaña de boicot, desinversión y sanciones con el fin de ejercer presión sobre Israel y así poner fin a sus actuaciones criminales. Creemos que es hora de que la unión europea sea coherente con su posición política y con la voz de la ciudadanía y adopte también esta política. Como tal, su voto es un elemento importante en la suspensión del acuerdo, y para hacer evidente las injusticias de Israel sobre el Pueblo Palestino. Por ello le instamos a que escuchen a ciudadanos, y a los cientos de organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo que piden a la UE que detenga cualquier tipo de aproximación política a Israel ignorando sus continuas y provocadoras violaciones de los derechos humanos y el derecho internacional. Atentamente,Firma:

jueves, 27 de noviembre de 2008

29 DE NOVIEMBRE, DÍA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO PALESTINO

En 1977, la Asamblea General pidió que se observara anualmente el 29 de noviembre como Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino (resolución 32/40 B). Ese día, en 1947, en que la Asamblea había aprobado la resolución sobre la partición de Palestina (resolución 181 (II)).

El 1° de diciembre de 2005, en su resolución 60/37, la Asamblea General pidió al Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino y a la División de los Derechos de los Palestinos que, como parte de la celebración, el 29 de noviembre, del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, siguieran organizando una exposición anual sobre los derechos de los palestinos en cooperación con la Misión Permanente de Observación de Palestina ante las Naciones Unidas. Asimismo, la Asamblea alentó a los Estados Miembros a que siguieran dando el mayor apoyo y la mayor publicidad a la celebración del Día de Solidaridad.

sábado, 8 de noviembre de 2008

CONCENTRACIÓN CONTRA EL MURO DEL APARTHEID.


NOTA DE PRENSA:

LA RED SOLIDARIA CONTRA LA OCUAPCIÓN DE PALESTINA CONVOCA:


CONCENTRACIÓN CONTRA EL MURO DEL APARTHEID:

DOMINGO 9 de NOVIEMBRE EN MADRID A LAS 12 DEL MEDIODÍA EN EL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES.

PLAZA DE LAS PROVINCIAS. METRO SOL O TIRSO DE MOLINA.


+ INFO y COMUNICADO de la Red Solidaria contra la ocupación de Palestina en las siguientes link:


viernes, 7 de noviembre de 2008

JORNADA PUCG. PALESTINA.

Hola a todxs, Desde la Plataforma Universitaria Contra la Guerra, os invitamos a asistir a la primera de una serie de jornadas que hemos preparado con el fin de concienciar a la gente de las distintas realidades de algunos de los pueblos más oprimidos.

El tema: PALESTINA

Día: 18 DE NOVIEMBRE

Cine Forum: Película "PROMESIS" /Lugar: AULARIO 1. AULA 1-40P /Hora:16.00h.

Charla Debate: Ponente TARIQ DANA /Lugar: AULARIO 1. AULA 44-P/ Hora: 12.00h-14.30h.


Os adjunto el cartel de la jornada.
Un saludo. PUCG

martes, 30 de septiembre de 2008

Edward Said y el Estado binacional.

Se cumplen hoy cinco años de la muerte de Edward Said.

El aniversario, como todos, sería banal si no fuera porque en el tiempo transcurrido las reflexiones de Said sobre Palestina han cobrado nuevos bríos. Said, más visionario que analista exhaustivo, y mejor polemista que teórico, se caracterizó siempre por su empeño en que se reconociera a los palestinos el derecho a contar su propia historia. Su experiencia vital de palestino y ciudadano estadounidense le dotó de una visión compleja del conflicto entre palestinos e israelíes.
En 1980, Edward Said fue pionero en defender el paso de la lucha palestina por la liberación nacional a la lucha por la independencia estatal, esto es, la necesidad de que la OLP aceptara la partición de Palestina y la solución de los dos Estados. Veinte años después, en 1999, señaló que el Estado binacional, se llamara como se llamara, Israel o Palestina, era, aun a largo plazo, la única salida del conflicto. Tanto en una como en otra ocasión, sus posturas levantaron enconadas críticas entre los poderes político e intelectual de ambas naciones, pero el paso de los años parece haber acabado dándole la razón: salvo la derecha sionista más ultramontana, hoy ya nadie discute el derecho de los palestinos a tener un Estado propio en los Territorios Ocupados por Israel en 1967. Sin embargo, esta solución se muestra, a la vista de los acontecimientos, cada vez más inviable, y adquiere protagonismo el convencimiento último de Said de que ambos pueblos pueden y deben vivir en el marco constitucional de un único Estado binacional en el territorio de la Palestina del mandato británico.

Cuando Said publicó The question of Palestine (La cuestión palestina, 1980), Fatah y el Frente Popular para la Liberación de Palestina, las dos principales formaciones de la OLP, le atacaron con virulencia por plantear la necesidad de reconocer a Israel y reducir el objetivo de la lucha nacional a la obtención de la independencia estatal en las fronteras de la resolución 242 de Naciones Unidas. Ya en 1978, Said había llevado a cabo cierta interlocución con la Administración Carter, que parecía interesada en incorporar a los palestinos a una suerte de solución conjunta con Egipto en el marco de la resolución 242. Según el propio Said, Arafat en persona le transmitió la negativa de la OLP a aceptar esos términos, en su opinión más justos y ventajosos para los palestinos que los aceptados en Oslo quince años después. Pero en los años transcurridos entre Camp David y Oslo, se hizo patente que la brecha entre la retórica sobre la liberación de la patria palestina y la realidad era insalvable: en 1982 la cúpula palestina hubo de abandonar por mar Beirut, asediada por el ejército israelí, y en noviembre de 1988 la asamblea del Consejo Nacional Palestino celebrada en Argel proclamó el Estado palestino en un documento que tácitamente reconocía la existencia de Israel y respondía a los retos de la reciente intifada.

Edward Said no llegó a formular sistemáticamente su visión del Estado binacional en el territorio de la Palestina histórica (el actual Israel más los Territorios Ocupados en Gaza y Cisjordania), pero sí la esbozó en varios artículos y conferencias. La idea y la práctica de la ciudadanía, y no de una comunidad étnica o religiosa, sería, según Said, el punto de partida para elaborar una constitución estrictamente democrática y laica, con iguales derechos y responsabilidades para todos sus ciudadanos, incluido el derecho de cada cual a practicar la vida comunitaria a su manera, judía o palestina. Las renuncias al estatuto especial de un pueblo a expensas del otro también serían mutuas: la Ley de Retorno de los judíos y el derecho al retorno de los refugiados palestinos se deberían reconsiderar y retocar conjuntamente; la noción del Gran Israel como tierra sagrada judía y la de Palestina como territorio árabe inajenable habrían de reducir su escala y exclusividad. Según Said, Palestina ha sido siempre una tierra de muchos relatos, multicultural, multiétnica y multirreligiosa, y la idea misma del Estado binacional hunde sus raíces en pensadores judíos (Judah Magnes, Martin Buber, Hannah Arendt) de la época de entreguerras.

En Culture and resistance (Cultura y resistencia, 2003), Said, a la vista de la realidad creada por la Ocupación en los últimos cuarenta años, resumió en cuatro los motivos por los que era ineluctable la solución binacional. En primer lugar, la geografía humana: los asentamientos y sus carreteras han imbricado de tal manera a ambas poblaciones que, salvo la imposible retirada total israelí de Cisjordania, toda solución que conlleve la segregación de israelíes y palestinos es inviable. En segundo lugar, la geografía económica: la recíproca dependencia económica (mano de obra palestina y territorios y servicios israelíes) impide un establecimiento de fronteras excluyentes que no fuerce la expulsión masiva de población. En tercer lugar, la realidad demográfica: Said auguraba que para el año 2010 israelíes y palestinos asentados en Palestina-Israel (que no judíos y palestinos del mundo) estarían igualados demográficamente, de modo que el apartheid en un territorio tan pequeño resultaría inviable en la práctica. Finalmente, Said argüía que la sociedad civil laica israelí estaba planteándose la necesidad de reconstruir la noción de ciudadanía a partir de derechos nacionales y no étnicos, dado el avance, por una parte, del poder ultraortodoxo, y, por otra, de las demandas igualitarias de los israelíes de origen palestino.

Aun reconociendo el carácter utópico de la solución, los escritos de Said insisten en que a largo plazo es la única posible, pues es la única justa y equitativa, y por ello la única que garantiza la paz. Para llegar a ella, es ineludible que Israel reconozca su responsabilidad en el sufrimiento palestino y ofrezca algún tipo de reparación, quizá a través de una comisión de la verdad y la reconciliación como la que hubo en Sudáfrica. El reconocimiento del derecho al retorno de los palestinos expulsados en 1948, uno de los mayores escollos para este proceso, podría abordarse a la luz de la necesaria revisión del derecho internacional sobre derechos de los inmigrantes, una propuesta novedosa que valdría la pena investigar.

La confianza de Said en el potencial del individuo como motor del cambio colectivo, en el papel del intelectual como agente del pensamiento crítico que promueve una conciencia social, no son ajenos a este planteamiento. Aun no siendo optimista sobre la inmediatez en los cambios de todo un sistema, Said siempre apostó por una ciudadanía alerta y concienciada, y desde el humanismo vital que practicaba creía que "palestinos e israelíes tienen que sentir que pueden y deben vivir en pie de igualdad -iguales en derechos, iguales en historia, iguales en sufrimiento- antes de que pueda emerger una comunidad real entre ambos pueblos".
No es que hoy haya más motivos para la esperanza, sí en cambio para la desconfianza ante las fórmulas ensayadas: la segregación demográfica y territorial naturalizada con el Muro, la bantustanización de Cisjordania y la disgregación de Gaza, el avance de la judaización organizada de Jerusalén, son realidades que, más allá de voluntades políticas concretas, hacen inviable en la práctica una solución que comporte la creación de un Estado palestino soberano. El colapso material y anímico de los palestinos se palpa en cada esquina. También entre los israelíes desprejuiciados y críticos ante las lacras del sionismo. De modo que lo que hasta hace un par de años era un tabú o el delirio de unos pocos radicales (Noam Chomsky, el activista e intelectual israelí Michel Warschawski o los palestinos Azmi Bichara y Mustafá Barguti) comienza a ocupar un lugar en lo futurible. La ciudadanía binacional de israelíes y palestinos en un futuro Estado único basado en la igualdad, en fronteras reconocidas por sus vecinos y en el destierro definitivo del pasado mitológico, habrá de ser abordada.
Luz Gómez García es profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid.

LA OTRA OPINION.

Noticia recogida en Webislam

La idea comúnmente admitida es que lo que ocurrió el 11-S no es producto de Bin Laden, sino un golpe de los servicios secretos americano-israelíes

Un reciente artículo del Internartional Herald Tribune (9-9-2008) se hace eco de lo que, supuestamente, piensa el hombre de la calle en varios países musulmanes a propósito del terrorismo y de manera más particular del 11-S. La idea comúnmente admitida es que, en realidad, lo que ocurrió este día no es producto de Bin Laden, sino un golpe planificado y organizado por los servicios secretos americanos e israelíes. ¿Por qué? Para justificar primero lo que Estados Unidos y su aliado israelí querían desde mucho tiempo: la invasión de Iraq, el asesinato de Sadam Husein, después de la invasión de Afganistán y la dominación total sobre el petróleo árabe en Oriente Medio.

Prueba de esto, según esa visión, sería que, siete años después, los americanos no han logrado acabar con Al Qaeda, no detuvieron a Bin Laden, siguen ocupando Iraq con el apoyo de sus vasallos (todos los presidentes de Iraq estos últimos años son antiguos colaboradores de la CIA), se han apoderado, con Gran Bretaña, de las empresas petrolíferas iraquíes y, ahora, están haciendo lo mismo en el conflicto entre Georgia y Rusia. Apoyaron la provocación del presidente georgiano porque quieren fortalecer su presencia militar en Georgia e Ucrania para controlar los recursos energéticos de estos dos países. La guerra en 2006 de Israel en contra del Hezbolá libanés se explica de la misma manera: destrozar todas las fuerzas árabes que se pueden oponer a la dominación imperial americano-israelí en oriente medio.

El periodista americano añade que, cierto o no, esa interpretación existe y que los americanos no han hecho nada, concretamente, para desmentirla. Es más, todo lo que se ha hecho desde entonces en nombre de «la guerra contra el terrorismo» de Bush y sus seguidores fortalece esa interpretación.

Personalmente, debo decir que escuché esa interpretación en 2002, con motivo de una visita oficial a Egipto de la delegación Oriente Medio del Parlamento europeo. Un ministro egipcio, de los más importantes, nos dijo claramente: «Bueno, no sabemos realmente lo que ocurrió ese maldito día del 11-S, sólo sabemos que beneficia a los americanos y a los israelíes. Tenemos nuestras dudas sobre quién es el responsable de la masacre». El mismo ministro fue más explícito en privado, acusando a los servicios secretos norteamericanos.

Se sabe, por supuesto, que fueron árabes los autores directos del atentado, pero se cree profundamente que el cerebro era alguien distinto. ¡Es que es muy difícil imaginarse que, desde sus cavernas, Bin Laden hubiera podido planificar una acción tan perfeccionada y eficaz! Además, desde el 11-S, y pese a sus amenazas, Bin Laden no pudo atacar al territorio norteamericano. Esa interpretación es avalada por los propios gobiernos, pues permite desinflar el papel de héroe de los terroristas y de Bin Laden.
Lo que piensa la calle es compartido a menudo en muchos otros países del mundo. En Francia, por ejemplo, varios libros cuestionaron la incoherencia de la explicación americana sobre el 11-S. Incluso hubo libros acusando a los americanos de haber organizado una cortina de humo para no desvelar la realidad del 11-S.

Estas dudas parecen increíbles desde la opinión pública europea y más aún desde la de Estados Unidos. Pero no importa. Pues es emblemática de una realidad imaginaria que actúa como fuerza política en la opinión publica dentro del mundo árabe. Demuestra primero que EE UU, a causa de su política mundial, no pudo y no puede convencer que fue víctima de un ataque terrorista; segundo, que debido a la ausencia de prensa libre en estos países árabes y musulmanes, no se puede discutir esa opinión libremente; y tercero, que la incomprensión y el odio no se han reducido estos últimos años.

Esa visión del hombre de la calle es sólo un aspecto, pues también hay otra, según la cual Bin Laden es un héroe, un nuevo justiciero y que él, al contrario de los dirigentes árabes cobardes y vendidos a los americanos, supo demostrar que los musulmanes saben reaccionar cuando se les ataca.

Otro recuerdo personal. Un alto dirigente marroquí me contó, en 2001, pocos días después del 11-S, un chiste que corría en Marruecos. Una mujer pidió entrar en el hamam (baño turco). El portero le contestó que no era posible pues este día era un día sólo para hombres. Entonces la mujer le preguntó: «Está dentro del haman Bin Laden?». El portero, muy sorprendido, replicó que la pregunta era insólita y que, evidentemente, ¡Bin Laden no está dentro del Hamam! ¡Como podría ser esto! «Entonces -replicó la mujer- déjame entrar porque allí ¡no hay hombres!». Todo un programa, como se ve.
Así que, de hecho, no hay una, sino más exactamente dos interpretaciones corrientes en el imaginario del hombre común: considerar que los americanos y sus aliados israelíes son culpables y capaces de todo, y que los que se resisten a ellos no son los gobiernos, sino los islamistas. No es necesario precisar aquí que esta comprensión no significa ni que se les perdona a los terroristas sus acciones ni, más aun, que habría un acuerdo general con ellos. Lo que se dice es que en realidad estas acciones son venganzas irracionales, que castigan más a los musulmanes que a sus enemigos. Es muy raro encontrar gente que se felicita del terrorismo, pues este topa radicalmente con un credo muy arraigado en la conciencia de los musulmanes y árabes, o sea el respeto a los inocentes.
Ahora bien, sería completamente falso considerar que estos dos puntos de vista son los que configuran la opinión pública árabe. Lo que llama la atención es algo más grave: la indignación y el cansancio.

La indignación frente al discurso occidental, que está mezclando el Islam y el islamismo terrorista. Se culpa así, en especial en Europa, a toda la comunidad islámica para impedir su integración y para hacer crecer los prejuicios. Basta con ver las pantallas de televisión para entenderlo, sin hablar de las expresiones utilizadas por los periódicos y la elección de las imágenes, siempre mostrando las caras más feas o histéricas, fanatizadas, etcétera.
Y el cansancio, pues todo el mundo quiere acabar con este infernal enfrentamiento en las representaciones culturales e imaginarias. Acabar con la destrucción del pueblo iraquí, con el conflicto israelopalestino, con el apoyo a los gobernantes dictatoriales, con el cierre de las fronteras y la ausencia de libre circulación, con todo, todo, y vivir en paz. Es lo que a mí me llama más la atención cuando viajo por estos países.
La paz. ¿Sería la paz posible un día? Todo el mundo ve ahora que la famosa guerra norteamericana contra el terrorismo ha fracasado, después de haberse cobrado millares y millares de vidas. Pero, ¿qué hacen las potencias europeas para cambiar el rumbo de la política mundial? ¿Para poder un día convencer el hombre de la calle en El Cairo, Damasco, Bagdad, Argel o Rabat, que Occidente quiere realmente la paz?
Sami Nair es Filósofo, sociólogo y politólogo. Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de París.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

POR SI FUERA POCO.


Las mujeres de EU que pelean en Irak y en Afganistán también deben hacer frente al acoso y a los ataques de tinte sexual. He recogido un par de artículos en los que se hablaba de estos acosos, pero existen más de 1000 informes de esta índole.

Pasaron seis meses antes de que Diane Pickel Plappert se animase a decirle a un terapeuta que había sido violada mientras servía en la armada de Estados Unidos en Irak. En ese lapso, comenzó a distanciarse de sus hijos y su vida empezó a deshacerse.

Carolyn Schapper dice que fue acosada en Irak por un compañero de la Guardia Nacional al punto que decidió cambiarse de ropas en la ducha por temor a que él ingresara en su cuarto sin anunciarse, algo que hizo en numerosas ocasiones.

Por si fuera poco el destrozo causado al patrimonio y la población iraquí, en esta guerra ilícita, como en tantas otras donde las mujeres han participado, se dan estos hechos horrorosos.
Las violaciones de guerra están a la orden del día en Irak y Afganistán, ya no por parte del “enemigo”, sino por parte de los propios compañeros militares.

Cómo debe ser de frustrante el estar destinada en tierra de nadie, sabiendo que eres parte de una cortina de humo para conseguir el oro negro, matando y privando de libertad a un pueblo que agoniza entre guerras civiles, atentados y luchas diarias por sobrevivir y que encima tus compatriotas crean que estás ahí sólo y exclusivamente para el deleite de su género.

La situación de las mujeres militares es un tanto peliaguda. En un sistema androcentrista como es el ejército, la mujer está destinada a desempeñar un papel secundario y subordinado. El caso es que si el ejercito Americano trata de esta forma a sus iguales, no quiero ni pensar el trato que podría recibir una iraquí.